¿Por qué es tan importante tener una tasa de refresco más alta para el gaming?
Una tasa de refresco más alta suele dar más fluidez a los juegos. Cuando es baja, existe el riesgo de que las imágenes se pierdan, provocando agitaciones e interrupciones en el juego. El monitor también necesita seguir el ritmo a la tarjeta gráfica pues la velocidad de imágenes se ve limitada en última instancia por la tasa de refresco. Si ejecutas un juego a 150 imágenes por segundo, pero tu monitor tiene una tasa de refresco de solo 60 Hz, el monitor hará de cuello de botella y solo verás 60 fps (imágenes/segundo). De poco te servirá que tu ordenador proyecte bien el juego si el monitor es físicamente incapaz de mostrar el resultado final.